Febrero 21 siempre fue una buena fecha para estar en familia, en la casa de los Ocampo Quijada. Se comenzaba a ir el verano, terminan las vacaciones, nos preparamos para el año escolar de nuestros hijos. Nos reencontrábamos luego de una pausa para comenzar a volver a juntarnos (casi) todos los domingos del año en la casa de los papás. Nos encontramos con los sobrinos que suelen pegarse el estirón veraniego, hablamos de cómo estuvieron las vacaciones y cómo serán las de los tatas, que solían partir desde marzo en adelante. Febrero 21 es el cumpleaños tuyo, mamá y se celebraba en tu casa casi todos los años.
Luego, en un abrir y cerrar de ojos, todo cambió. El 2020 pensamos que la pandemia pasaría algún día (ojalá más temprano que tarde) y todo volvería a ser como antes. Y claramente ya no fue así. Porque la pandemia pasó y muchas cosas ya no son ni volverán a ser como antes. Partiste, mamá, y nos haces mucha falta. Seguramente tú estabas preparada, pero nosotros no. Al menos yo no y sé que todos sentimos más o menos lo mismo, aunque lo digamos de distinta forma.
Y coincidentemente con tu partida, han pasado tantas cosas difíciles, algunas muy dolorosas, donde la familia ha sufrido mucho. El papá dijo hace unos días que tu partida fue en el momento justo para que no tuvieras que vivirlo ni menos sufrirlo. Gracias a Dios por eso.
Febrero 21 del 2023, el verano aún no se va y por el contrario, hace más calor que nunca. Los niños ya están grandes y aunque hoy nos juntaremos en tu casa, ya no será lo mismo. Hoy es el primer cumpleaños en que no estás con nosotros, sino en la presencia del Señor.
Y te extrañamos de todas las formas en que nos amaste, a tu modo, de manera tan tangible y con tanta pasión.
Un abrazo y besos al cielo para ti, mamá.